Hablar. ¡Claro! Sobre todo como forma de expresar sentimientos, emociones, para decir lo que sentimos o lo que pensamos. Y es fundamental que el niño se sienta escuchado de forma activa. Aplicamos ejercicios para estimular, adquirir y perfeccionar sonidos del lenguaje.
Jugar. Otra forma de solucionar problemas, hacer frente a situaciones que nos angustian, gestionar emociones o el autocontrol, manejar la autoestima o afrontar las pérdidas es mediante los juegos terapéuticos, específicos para niños, y que, de paso, les sirven para aprender nuevas habilidades.
Hacer actividades. Usamos dibujos,expresión corporal, escenificación, técnicas de respiración o de relajación o ejercicios de mindfulness.
Después de cada sesión, los niños se llevan tareas para casa muy sencillas que se pueden hacer en 3-5 minutos para interiorizar lo que hemos hecho durante la sesión.